Después de alrededor de una hora y media de viaje (desde Tokyo) arribamos a destino. Y de a poco fueron llegando todos: hermanos, esposas, hijos, primos, tíos, abuelos...
Para el evento familiar, la tía abuela de Kiyo debió cerrar el hostal, ya que se trataba de más de 20 personas que pasarían el día y la noche allí.
Un lugar con hamacas, mini golf, canchita de basket y muy cerca de un parque que visitamos por la tarde... Los niños estaban en el paraíso!
La cena comenzó a las 6 de la tarde y había una gran cantidad y variedad de comida.
Edamame (vaina con porotos verdes adictivos), gyozas fritas (empanaditas japonesas), rollitos de jamón, sofrito de renkon (un tipo de raíz crocante y muy rica!), kimchi de vegetales y pulpo, nimono de mariscos (un estilo de guiso japonés), rollitos de carne con salsa de tomate, hamburguesas con salsa demi glace, croquetita de cangrejo con salsa crema de curry, sashimi (pescado crudo), etc
Todo un gran banquete en una larga mesa!!!! Y claro que tratándose de japoneses, abundaban las bebidas alcohólicas: cervezas, sake, bebidas del tipo sour (refrescos más una bebida alcohólica llamada "shochu") y el delicioso "Umeshu" (licor a base de ciruelas japonesas) casero de mi suegra...
Y bien, aparte de tratarse de una celebración por fin año, también coincidía con el cumpleaños de otra de las tías abuelas de Kiyo, por lo que la clásica torta de crema y frutillas estuvo presente para acompañar el cántico de "Hapi Basudei" (happy birthday)... Y la cumpleañera (septuagenaria) al parecer estaba pasando tal buen rato que olvidó llevar la cuenta de los vasos de bebida que tomaba... así es que su noche acabó en el baño, vomitando todo lo que había ingerido...
Por otro lado, tuvimos también una instancia de juego de mesa: el conocido "Monopoly"... Un juego de mesa al que jugaba en Uruguay, desde la niñez y que probablemente todos conozcan... Me encontré con que la versión japonesa, es exactamente igual. Para no salirnos de la rutina de siempre, Kiyo ganó el juego...
Antes de dormir, muchos pasamos por los baños... yo sólo para ducharme, pero otros también para meterse en el "gran ofuro" (bañera con agua muy caliente) del hostal. A mí, eso de compartir el agua
de la bañera con tantas personas aún no me convence XD
Y finalmente subimos al piso superior, en donde las habitaciones se encontraban a los lados de un
pasillo, el cual desembocaba en el área de lectura: repisas llenas de mangas (historietas japonesas).
En los cuartos, descansamos en futones, sobre pisos de tatami: dormitorios tradicionales.
A las mañana, nos despertamos cuando los niños vinieron a golpear diciendo: "el desayuno ya está listo"... y bien, frente al llamado, no nos quedó más remedio que estar desayunando antes de las 8am; pero el delicioso desayuno tradicional japonés valió la pena (arroz, sopa de miso, salmón, tofu e incluso variedad de panes).
Antes de que cada uno regresara a sus hogares, pasamos a almorzar (previa reserva), todos juntos a un restaurante especializado en platos con pescado. Se trataba de un restaurante muy popular, en el que tuvimos la suerte que aceptaran una reserva de 20 personas, una hora antes de ir... ya que a la salida, nos encontramos con mucha gente haciendo cola para ingresar. Los platos deliciosos!
Un par de días espectaculares, de esos que como familiera que soy, disfruto al máximo :D