26 de abril de 2016

Oiso, Japón

El domingo a la tarde nos fuimos con Kiyo a la casa de sus padres.

¡Fue un emotivo reencuentro después de 4 años sin verlos!

El lunes, almorzamos todos juntos en un restaurante de Okonomiyaki (la noche anterior, me pidieron que yo decidiera el almuerzo del día siguiente). El Okonomiyaki es una de las comidas chatarra japonesas. Consiste en una masa formada por agua, harina, huevo y ñame rallado (en Uruguay lo sustituíamos por papa) a la cual se le agregan gran variedad de ingredientes diferentes (cebolla, ajo, repollo, carne, panceta, mariscos, kimchi, fideos, etc) y un topping de salsa de okonomiyaki (similar a la salsa barbacoa), mayonesa japonesa, bonito laminado y alga nori.

La carta de Okonomiyaki muestra las diferentes combinaciones de gustos que el restaurante ofrece. En este caso, se trató de un restaurante de Okonomiyaki en el cual uno maneja la plancha (a la mesa llegan los ingredientes crudos en un bowl y uno los cocina).










En esta ocasión tuve la oportunidad, entre otros, de probar el Okonomiyaki de Hiroshima, el cual lleva fideos salteados.















Al final se trata de un plato riquísimo pero muy calórico (la comida chatarra es así en todos lados no?). La modalidad de cocinar en la propia mesa es realmente exitosa, aunque para los que no se atrevan, hay restaurantes en los cuales cocinan el okonomiyaki por ti. Sin embargo, es una linda experiencia que vale pena. 

Al terminar el almuerzo, Kiyo y su padre se fueron a trabajar por lo que mi suegra o mi "okaasan" (en japonés) y yo pasamos todo el resto del día juntas. 

Debido a que mi "okaasan" habla únicamente japonés, las conversaciones fueron en japonés. 
Mi japonés es nivel cavernícola así que mi cerebro realmente se exprimió pensando y pensando para armar frases lo más rápido posible. 
Estoy en esa etapa en la que uno entiende más de lo que puede hablar...mis frases normalmente estaban mal hechas, pero "okaasan" entendía casi en todo momento lo que yo quería decir y, en algunos casos verificaba diciendo la frase de la manera correcta; era en ese momento, que yo pensaba: "Si yo aprendí eso, por qué no lo dije bien?". Siento un poco de frustración, pero sé poco a poco voy a ser capaz de hablar más fluidamente. ¡Lo importante es seguir practicando!

Al final del día, "Okaasan" me preparó una deliciosa cena, súper completa nutricionalmente y con lo mejor de lo mejor: sashimi, unas ostras enormes cocidas con huevo en dashishoyu (salsa de soja y caldo de pescado),  salmón a la manteca con limón, arroz (que es el plato principal en Japón) y sopa de miso (lamentablemente no salió en la foto).







Lejos de mi país y de mi familia, pero con una Okaasan que está dispuesta a hacerme sentir como en casa... que está preocupada por cómo me siento, que me anima a seguir esforzándome y que me dice que está feliz de que yo vaya a convertirme en su "musume" (hija). ¡Tener un apoyo así es impagable!

El día de hoy, ya nuevamente con Kiyo, nos fuimos a la playa a hacer ejercicio. Él se juntó allí con compañeros de "football playa" y yo simplemente aproveché para correr por mi cuenta.

La última vez que estuve en Japón, subí 4 kilos en 3 meses, por lo que esta vez decidí tomarme el ejercicio más en serio (porque por supuesto que dejar de comer no es una opción).







La playa aquí no es tan bonita, ya que la arena es más bien grisácea. Pero es realmente reconfortante poder caminar junto al mar (y a unos pocos kilómetros de Kamakura: una muy hermosa ciudad llena de templos).

El camino peatonal junto a la playa, me hizo mucho recordar a las playas en California USA.






Realmente un hermoso día, despejado y de primavera. Muchas personas haciendo deporte profesionalmente (jugadores de fútbol y volleyball), además de un mar plagado de surfistas.






Mientras que un grupo de mujeres, disfrutaban de una mañana entre amigas, bebiendo cerveza, comiendo unos snacks y disfrutando de la vista y del buen clima.

¡Qué ganas de tomar cerveza me daban al mirarlas!






Ya que el padre ("otoosan")de Kiyo tenía el día de hoy libre, aprovechamos a almorzar con él antes de regresar.
A unos 15 minutos en auto desde la casa, pasamos a almorzar en una célebre tienda de Tantanmen.






El tantanmen es un tipo de ramen (sopa de fideos) pero con un caldo muy pero muy pesado (tanto que casi parecía tapioca cocida), muy sabroso y algo picante. 






Algo que me encanta de aquí es que la comida llega a la mesa super caliente (tal y como a mí me gusta) tan caliente que es inevitable terminar con quemaduras en el paladar y la lengua; lo dice alguien que todavía sufre las consecuencias del almuerzo XD

Al final un par de días hermosos. Y hoy ya volvimos a Hachioji, Tokyo!





¡A todos les deseo una muy linda semana!


¡Gracias por continuar pasando por aquí! Después de todo sólo hay blog porque existen los lectores.

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